CRÓNICAS IRRESOLUTAS (XIV)


LA CITTÀ

Llegamos a Jiracoleón City desechas, aunque eso no impedía a mi amiga hablar sin parar, como si ya hubiera olvidado todo lo que había pasado entre nosotras. Yo no dije ni media palabra mientras nos adentrábamos en la gran ciudad. En cambio, ella no dejó de disertar, excitada a más no poder.

-¡Pues vaya ciudad! -decía, mirando a un lado y a otro-. No hay ni un solo insecto que echarse a la boca -se quejaba-. Estoy por subirme a una farola y comerme las luciérnagas del alumbrado público, pero no sé si atreverme, no vayan a encerrarme en la cárcel por delincuente, porque supongo que en la ciudad habrá una cárcel, ¿no crees? -dijo, mirándome desafiante con los ojos entornados- Imagínate -siguió-, yo en la cárcel por una tontería, y tú, que eres una asesina, suelta por la ciudad... Aunque cosas más raras se han visto, pero bueno... ¡Huy, cuánta roca desperdigada! La verdad es que no sé dónde vamos a dormir. Están todas ocupadas. Ni una roca libre... Hija, tápate el dorso, que todo el mundo se te queda mirando. Lo que te gusta hacerte notar. Si vemos un hospital, entramos para ver lo que pueden hacer con tu concha, aunque no te hagas ilusiones, que yo creo que lo tienes muy mal, la verdad, pero vamos a ver lo que opina un experto, que quizás no esté todo perdido. Ánimo, tonta... ¡Dios mío! Cuantos jiracoleones guapos hay. Aquí dejarás de ser virgen, te lo digo yo, que siempre hay un roto para un descosido. Mira ése -me señalaba con un ojo-. O ése -me señalaba con el otro-. Si te lo digo yo, Irresoluta, que aquí la que no es puta es porque no quiere. Fíjate que yo creo que acabaré por ser promiscua, que te lo digo yo... Oye, creo que estamos en pleno centro, porque por aquí hay mucha roca apiñada... La verdad es que se desliza una muy bien en la ciudad, pero claro, con tanto ir y venir, está todo lleno de flujo jiracoleonil y te resbalas que da gusto... Oye, di algo, que estás muy callada... ¿Es que no hay ni una maldita charca para beber un poco de agua? Estoy deshidratada, y no hay nada peor que estar deshidratada para una jiracoleona, ya lo sabes. ¿Tú no tienes sed? Bueno, bastante tienes con lo de tu concha, la verdad. Por cierto, tápate el lomo, que vaya espectáculo estás dando, ¿es que te da igual? No tienes vergüenza, hija mía, no te retraes por nada, pero bueno, tampoco sé lo que haría yo en tu caso. Menos mal que me tienes a mí... Pero, ¿dónde vamos a dormir? Se nos va a caer la noche encima y no tenemos una roca en donde caernos muertas. Vaya plan. No, si al final tendrás razón tú cuando dices que vamos de mal en peor... ¡Qué ganas tengo de fumar! ¿Le pido un cigarrillo a ése? No, a ése no. Mejor a uno más guapo, que nunca se sabe... Oye, estoy pensando que nos podríamos cambiar el nombre, ¿no crees? Hay que tomar precauciones, que nunca se sabe. ¿Qué te parecen Tribulación y Disyuntiva, o Escéptica e Iracunda? A mí me quedaría bien llamarme Escéptica o Disyuntiva, y tú podrías elegir cualquiera de los otros dos, que van más contigo. Pero bueno, ya lo pensaremos después, que ahora tenemos cosas más importantes que hacer... ¡Ahhh, mira, mira! ¡Una rana! ¿Será de alguien? ¿Qué hago, me la como? Qué raro, una rana entre tanto jiracoleón. A ver si va a ser la mascota de alguien, que aquí en la ciudad, les da por eso, que son muy finos y unos snobs, que lo sé yo, y en vez de comérselas, las cuidan y las tratan como a unas reinas. Oye, yo no veo que sea de nadie -dijo, girando los ojos a todos lados-. Pues me la como, que tengo hambre -desenrolló su larga lengua y engulló la rana en un abrir y cerrar de ojos-. ¡Qué rica! -dijo, sin haberle dado tiempo de degustarla-... ¿Quién es esa que viene corriendo hacia nosotras hecha una furia? ¡Válgame Dios! ¡Seguro que es la dueña de la rana! ¡Corre, Irresoluta, corre -gritaba, mientras me cogía del cuello con la cola y tiraba de él-. Escondámonos detrás de ése cinamomo. No, espera, que es muy pequeño y no nos tapa, mejor detrás de ésa roca. Aquí, ¿ves qué bien? ¡No ganamos para disgustos! Bueno, ya pasó el peligro. Sólo falta que hayamos venido aquí para seguir siendo unas fugitivas. No, si lo que yo digo... Oye, estás muy callada... Pensándolo bien, es lo que yo quería, ¿no? Aventuras. Pero, hija, tantas emociones no sé si me van bien... ¿Qué es eso de allá? ¡Cuántos jiracoleones! Acerquémonos para ver... ¡Anda, pero si es un mercado! Espérame aquí, y no te muevas, que voy a ver si consigo algo para comer... O mejor ven conmigo, que así se fijarán en tu espinazo y se distraen mientras yo intento robar algo, que no tenemos ni un jiradólar para comprar un pimiento. Tú, ponte a mi lado, y mueve el dorso. Dios mío, cuánto jiracoleón, ni que regalaran las cosas. Irresoluta, sígueme. A ver, permiso... ¡Cuánto roce! Irre, aprovecha y no seas tonta... ¡Qué trasiego, por Dios! Irresoluta, ¿me has tocado tú el esfínter? ¿No? Bueno, pues que le aproveche a quien haya sido... ¡Mira! ¡Bolsitas de escarabajos y nidos de araña! Ven, Irre, no te despegues de mí, disimula, hija, mueve el dorso por lo menos, ayuda en algo... ¡Ya está! ¡Ay, qué nervios! Venga, salgamos de aquí, rápido. Antes de salir, aprovecha y toca algo, que aquí, el que no corre, vuela. Venga, venga, que me va a dar un infarto... ¡Por fin! Qué calor, virgen santa. Pues no ha sido tan difícil, la verdad. Figúrate, Irresoluta, yo robando. Lo que hace la necesidad. Ha sido divertido, ¿no? ¿Qué quieres, la bolsita de escarabajos o el nido de arañas? ¿O lo compartimos todo? Espera, alejémonos un poco más, que no me siento segura todavía, no vaya a ser que... -nos dirigimos hacia las afueras de la ciudad-. Tú, una asesina, y yo, una ladrona -seguía hablando, sin parar-. Vaya par de delincuentes... Pero bueno, qué se le va a hacer, si las cosas están como están... Tenemos que conseguir cigarrillos, que ya no puedo más. A ver si vemos a algún pánfilo y lo desvalijo, que ya me a gustado esto del hurto. ¿Tú no tienes ganas de fumar? Yo estoy que reviento, no sé cómo puedes, hija mía, pero bueno, como rompes todas las estadísticas, supongo que es normal... Irresoluta, di algo, que desde que hemos llegado a la ciudad no has dicho esta boca es mía... Tú misma, tú sabrás lo que haces, no voy a ser yo la que te obligue a nada, que ya eres mayorcita. Virgen, pero mayorcita... Nos va a caer la noche y no tenemos dónde dormir. Aunque por aquí no hay mucho movimiento, la verdad. Quizás encontremos algo... ¡Mira! ¿Lo ves? Allá hay dos rocas libres. No es un barrio muy bonito, pero para esta noche, ya está bien. Que más podemos pedir. Venga, vamos a descansar y a comer. Para mí la roca de la derecha, que parece más cómoda, y para ti, como duermes en cualquier lugar y te da igual, la otra... ¡Huy! ¡Pero qué despiste el mío! ¡Tanto hablar y hablar, se me ha ido el santo al cielo, y me he comido la bolsita de escarabajos y el nido de arañas sin darme cuenta! Lo que yo te digo, Irre, hago las cosas sin darme cuenta... Bueno, no importa, mañana será otro día. Ahora a descansar, que mañana tenemos mucho que hacer... ¡Qué cansada estoy! Buenas noches Irresoluta, que descanses bien... ¿Hola?... Por lo menos podías responderme y desearme buenas noches, tú también... En qué habrás estado pensando desde que hemos llegado a la ciudad, que si no te conociera, vale, pero seguro que estás maquinando algo, que no soy tonta... A veces, me das miedo... Ay, yo no sé qué va a ser de nosotras, no sé si hemos hecho bien en dejar el páramo, porque allí, por lo menos, conocíamos el terreno, pero aquí, en la ciudad, me siento como desubicada, no sé tú... Ay, Irresoluta, qué preocupación más grande... ¿Te has dormido ya? ¿Hola? ¡Pues anda que estás tú preocupada! Yo no sé si voy a poder dormir, porque tengo hambre otra vez. ¿Qué me oyes? ¡Pues vaya! ¿Y ahora, qué hago yo? Si lo que yo digo...

-Dilema...

-¡Ah! ¿No estabas dormida?

-No soy una asesina en serie.

-¿Y a qué viene eso?

-Todavía...

-¿Qué quieres decir con todavía?

-Tú misma...

(continuará...)

1 comentario:

brokemac dijo...

...he vuelto a leer las crónicas. Quizá buscaba el "hurto" de la hache de la a, o tal vez no sea eso y es lo único que he sido capaz de ver.
He disfrutado más a fondo el sentido del humor de esta historia y los simpáticos diálogos de las protagonistas...
Mi admiración sigue intacta (ya sabes que se me van las horas leyéndote despacio)

*******

Pronto cumplirá "De aquí a Lima" su primer año (el 10 de Mayo) y te felicito con antelación y un cariño enorme agradeciendo que nos hagas partícipes de este laberinto de oscuras sorpresas donde tantas emociones me provoca...
quizá demasiadas, y casi deba disculparme por manifestar muchas de ellas con exagerada urgencia